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La psicóloga, Silvia Morales, trabaja en la Sala de Acogida del Hospital Enrique Garcés, en el sur de la ciudad. Foto: Pablo Tatés/UN |
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l Hospital Enrique Garcés ofrece acogida a hombres, mujeres y niños que han sido violentados en sus derechos. La atención es las 24 horas en el lugar.
«A veces pienso que estoy dormida, que voy a despertar y que esto se va a acabar. Ya he puesto los pies sobre la tierra y toda mi voluntad para dejarme ayudar.
Mis hijos y esposo llegaron a la terapia y gracias a eso mi casa se compuso. Me uní a mi esposo porque me violaron a los 19 años y me quedé embarazada. Él me dijo que se iba a ser cargo de mi hijo, pensé que era algo bueno, pero me dio pisas y todo eso aguanté porque él me daba para mantener a mi hijo.
Acogida
No importa la hora en que ocurra la agresión, “siempre habrá un médico de turno en emergencia que valorará la agresión y que luego pasará un informe al médico legista”, dice Morales.
Víctimas que victimizan a otros
La ayuda El trabajo es cortar esta cadena de violencia”, dice Morales. «Se les enseña a las víctimas que también hacen víctimas a sus hijos y que pueden ser objeto de una denuncia. Se les explica qué está pasando, por qué lo hacen y qué es lo que deben hacer con sus hijos», agrega Morales.
La mayoría de las personas que han seguido el tratamiento han roto la creencia de que «el psicólogo es para los locos. Trabajamos para pacientes que tienen situaciones de vida difíciles, a veces vemos abusos sexuales, violaciones de la pareja y uno aguanta porque depende económicamente de esa pareja”, asegura Morales. |